Robin ya está en casa. Todos estamos muy contentos. Su dueña y toda su familia lo pasaron realmente mal. Además no tiene 16 años, tiene 18. Pensábamos que no pasaría la noche, con el frío que hacía. Agradecemos, de corazón a las personas que lo recogieron y lo llevaron al veterinario. Como tenía chip, pudo ser devuelto muy pronto.