Fara se perdió porque se asustó con el ruido de los tambores. Corría aterrorizada. Cuando, hace un rato vio a su dueña se puso loca de contenta. ¡Pobrecilla! Lo mal que lo habrá pasado. Estaba muerta de sed. Ahora ya está en casa. Nos alegramos muchísimo. Gracias a todos.
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