Epi y Blas son dos bodegueros que fueron abandonados, sin ninguna duda. Estaban muy delgados y aterrorizados, pero la necesidad de cariño hizo que, muy pronto, se dejasen querer. Son muy cariñosos y preciosos. Ahora los dos tienen familias que les dan todo el cariño que se merecen estos inocentes. Nosotras estamos muy contentas. GRACIAS A TODOS.
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