Lagun estuvo varios días en la calle, posiblemente abandonado, solo y aterrorizado. Era verano. Una chica lo recogió pero no podía quedárselo. Entonces, Francisca Galán, nos llamó para ser su casa de acogida. Dos meses después, Lagun es más confiado y encantador, además de precioso. Francisca y su familia lo quieren mucho y han decidido adoptarlo. GRACIAS, DE CORAZÓN.
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