Cada día que pasa se relaciona mejor con sus amigos. Los huele, intenta jugar, hace agujeros y está mucho mejor de su patita que ya no le duele. Ver como mueve su rabito no tiene precio. Antes, siempre lo tenía entre las patas porque vivía con miedo e inseguridad. Ahora está aprendiendo que algunos humanos son buenos y lo quieren y luchan por él. GRACIAS A TOD@S.
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