Luchó como una campeona pero no pudo ser. Sus riñones dejaron de funcionar y hace un rato, su cuerpecito pequeño y débil ya no pudo más. Nos hubiera encantado darle una vida feliz. (Marta y su equipo veterinario del V Centenario hicieron por ella todo lo que han podido, gracias).
Damos las gracias, de corazón, a Caridad Ibáñez y a Luna Vasca, que la rescataron y la trataron con un amor infinito.
GRACIAS A TOD@S.
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