Blacky estuvo varios días solito por la calle, con mucho miedo. No se dejaba coger hasta que, un día, nuestra compañera María lo cogió y se dejó querer al momento. Luego, tuvo la suerte de que Luna Lunera lo acogiera. Lo cuidó con mucho cariño y cuidados. Ahora Blacky ha conquistado el corazón de Inmaculada, una persona estupenda que ya lo quiere mucho y lo ha adoptado.
¡Blacky ha tenido mucha suerte!
Gracias a todas.
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