Tuvimos la suerte de que Pilar y Arturo pudieron acogerla y cuidarla con muchísimo cariño, como siempre. Allí pasó un tiempo que disfrutó y demostró que era una perrita muy buena y muy alegre.
Un buen día, una familia quiso conocer a Sara y se fue en acogida, con ellos. Pero, claro, conocer a Sara es quererla. Por eso, muy pronto decidieron adoptarla y nosotras estamos muy contentas. GRACIAS.
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